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domingo, 29 de mayo de 2016

CUATRO DIAS EN PARIS

1er. Día

Hace tres años estuve unos días en París y quería contarles a todos los blogueros lo vivido en ese tiempo, que tal vez a algunos otros viajeros incurables les sirva mi relato de los paseos, como a mi me sirvió todo lo que contaron y lo que recorrieron otros viajeros, de los cuales estoy muy agradecido. Es solo una manera de ahorrar tiempo, caminar menos y conocer más, para guías de paseo o turismo, mejor comprar una en la librería.

París. Les Marais
Llegué el sábado 6 de julio y traje el sol, porque, como me dijeron, hasta ese día el tiempo no era bueno, hasta un poquito de frío, a partir de allí los días que nos tocaron fueron maravillosos y de mucho calor.



Habíamos alquilado un departamento en el barrio Les Marais, y un par de días antes de llegar recibo un mail diciendo que por inconvenientes no lo podía ocupar, o me devolvían el dinero o me daban otro departamento en la calle Rue de Rossiers, que por las fotos se veía en buen estado, la ubicación era muy buena, pero al llegar nos encontramos que estaban en reparación en la parte de afuera pero adentro del edificio, lo cual no se veía muy agradable. Porque este era pasando un portón al cual se accedía a través de un código y luego venía un patio interno, donde daban las puertas de otras viviendas u oficinas y la del edificio propiamente dicho. Se imaginarán que a esa altura no teníamos muchas opciones asi que lo tomamos igual y esperando que siga el buen tiempo para pasarla paseando. No se si esto es habitual pero se pueden presentar estos problemas, solo lo comento para tener en cuenta.

La ubicación era genial para mi, centro de Les Marais, con todos sus barcitos, a pasos del As del Falafel, y otros bares también de lo mismo, ya que es el barrio judío, muy concurrido y pintoresco, igual no comimos ahí porque no nos gusta pero era bastante económico.

Centro Pompidour
Ese primer día después de acomodarnos, decidimos salir a conocer los puntos más cercanos ya que era pasado el mediodía. Nos encaminamos por Rue Rambuteau hacia el Centro Pompidour. Atrás del centro sobre la rue Saint Denis está la fuente de los Inocentes y una plaza con otra fuente con figuras móviles, y alrededor muchos bares y restaurants muy concurridos. Alli mismo está la iglesia de Saint Denis, que no entramos en ese momento, sino que lo dejamos para otro día.

Iglesia de Saint Eustaque
Seguimos por Rambuteau hasta Les Halles, un centro comercial muy grande en construcción, una plaza, no me pareció muy interesante para ver, y llegamos a la iglesia Saint Eustache, que era lo que merecía la pena caminar hasta allí. Impresionante con sus columnas altísimas y su arquitectura, el órgano, que sale en el Código Da Vinci.

De allí retrocedimos hasta el Boulevard Sebastopol y tomamos hacia el Sena. Antes de llegar al río, a la izquierda se levanta la torre de Saint Jacques (Santiago) que marca la partida de los peregrinos al Camino de Santiago. Muy bonita. Y a la derecha está la Plaza de Chatelet. Cruzando el río llegamos al Quai de L’Horloge, hacia la izquierda está el Mercado de Flores y hacia la derecha el Palacio de Justicia, tomamos hacia la derecha al Pont Neuf (Puente Nuevo, que es el más viejo pues es el primero de París). De ahí se tiene una vista maravillosa del Sena, con la torre Eiffel al fondo, al costado se ve el Louvre y hacia atrás está Notre Dame. Hay una estatua ecuestre y enfrente dos edificios, nosotros tomamos por la calle del medio donde nos encontramos con la Plaza Dauphine, una placita muy simpática, donde estaban los parroquianos jugando a las bochas.
Vista desde el Sena

Luego salimos al quai des Orfevres a la izquierda hasta el puente de Saint Michel, del otro lado del río está la fuente de Saint Michel, pero sin cruzarlo continuamos y dimos con la Catedral de Notre Dame.

Hay que decir que a esa hora, serían las tres de la tarde, el sol era fortísimo y la cola para entrar considerable, pero asi y todo la hicimos y fue bastante rápido para entrar. Hay que decir que es espectacular, con una construcción más parecida a las iglesias de Roma, distintas a las otras de París que tienen un estilo más bien gótico. Por el costado y por afuera se sube a la misma, pero la cola era para una espera de dos horas, y aunque valiera la pena, no teníamos ganas de hacerla, asi que, sigan mi consejo, fuimos a la parte de atrás de la iglesia, donde hay una placita que nos sirvió para descansar las piernas, que a esa altura ya estaban muy cansadas, teniendo en cuenta que habíamos llegado del avión esa misma mañana. Se tiene una vista preciosa de la parte trasera de la iglesia que es espectacular, como asi también de los costados, con sus estatuas y sus gárgolas, que uno piensa en todo momento cuando se va a asomar el jorobado.

Catedral de Notre Dame
Cruzamos el puente hacia el otro lado del Sena y seguimos unos metros hasta la primera calle, a la derecha, Rue de la Huchette, una calle muy concurrida, me parecía estar caminando por la calle Florida de Buenos Aires, llena de restaurants, donde tienen menúes muy económicos y siempre es bueno comer o tomar algo por allí. Después de eso decidimos volver porque era mucho bullicio para mi gusto, salimos al Boulevard Saint Michel, pasamos delante de la fuente y tomamos por el quai para volver a Notre Dame. Cruzamos el Sena, pasamos por adelante del Hotel de Ville y nos encaminamos a Les Marais, a nuestro departamentito a descansar y recuperar fuerzas para el otro día.



2do. Día

Continúo con mi relato, asi que al segundo día nos encaminamos hacia la Bastilla y llegamos a la plaza.

Plaza de la Bastilla
La plaza de la Bastilla no tiene nada de espectacular salvo que por mi ignorancia pensé que en ese barrio se encontraría la antigua cárcel, pero justamente fue tirada abajo después de la toma en 1789, en la Revolución Francesa y hoy se erige un obelisco en su lugar.

De ahí fuimos caminando hasta el canal Saint Martin que desemboca a través de unas compuertas al Sena, que tiene la particularidad de mantener el caudal de agua para que amarren los barcos particulares y que los usan justamente para navegar por el Sena. Es un lugar que los lugareños usan para descansar, hacer picnics, etc.

De allí fuimos a una feria, que no me acuerdo el nombre,  muy colorida donde venden de todo lo que imaginas, desde comestibles hasta ropa, donde hay puestos de verduras y frutas exóticas, que estaba atestada de gente porque era día domingo y los parisinos acostumbran a hacer las compras.




Plaza de Vogues

Ahí estuvimos un rato observando y después nos encaminamos a la Plaza des Vosgues, que es muy tranquila y rodeada de edificios hermosos. Ahí la gente acostumbra a leer bajo los árboles los días soleados.
Casa antigua sobre la rue de Rivoli











Luego, caminando por la Rue de Rivoli, se puede observar una casa muy antigua que debe de ser de las más viejas, con travesaños de madera en las paredes y llama la atención que una de sus paredes está inclinada a 75 grados.

Asi llegamos a la iglesia de Saint Gervais. Que les puedo decir, será que a mi me gusta ver la arquitectura, las pinturas y las esculturas dentro de las iglesias, los trabajos monumentales que se hacían en otras épocas, pero la verdad cada vez que estoy en Europa entro a todas las que puedo. Asi que me verán hablar más de una vez de ellas, además es más barato que entrar a los museos y más rápido también. Si entran se van a encontrar con una iglesia que no es muy antigua, pero hermosa y no dejen de observar los vitrales.
Rue de Rivoli






Seguimos caminando por la Rue de Rivoli, pasamos por el Hotel de Ville, donde está el ayuntamiento de París, y continuamos hasta llegar al Louvre. Entramos por uno de los accesos del costado y salís a la plaza central donde se encuentra la pirámide y una cola de gente que da varias vueltas. No obstante ello, era el primer domingo del mes y todos los museos de París tienen entrada gratuita, asi que aprovechamos y entramos.

Museo del Louvre 






























No teníamos tiempo para estar mucho en el museo pues para recorrerlo creo que hacen falta muchos viajes porque es enoooorme, asi que nos concentramos en los pintores italianos y el museo egipcio, siempre hay que dejar algo para otro viaje. Hay una cosa que no sabía, pero si prestan atención a la entrada bajo la pirámide van a encontrar una gran escalera en caracol, por donde se entra al museo, y si observan bien la misma está suspendida en el aire sin ninguna columna o punto de apoyo. Es interesante verlo.

Otra parte del museo que me pareció interesante y creo que es nueva, fue bajar al subsuelo y observar las bases que se conservan de la construcción antigua. Hay reproducciones que muestran el castillo que se erigía en el mismo lugar, antes de que Luis XIV mandara a construir el palacio del Louvre. Alli se muestra claramente la parte que ocupaba el anterior castillo, ver como era y solo se conserva parte de algunas columnas, porque lo demás fue tirado abajo. Ahí se toma conciencia de la dimensión del palacio.

Museo del Louvre
Bueno, aunque hubiésemos querido quedarnos a recorrer un poco más del palacio, era mucho todavía de lo que nos quedaba ver de la ciudad, asi que salimos, pasamos por debajo de uno de los Arcos de Triunfo que hay en la ciudad, este me pareció más bonito que el otro, y entramos al Jardín de las Tullerías.

Museo del Louvre. Bajo la píramide









Con calor se hace un poco pesado caminar por allí, pero es muy bonito. Cruzamos el parque hasta salir a la Plaza de la Concorde, en el medio se encuentra el obelisco de Luxor, traído de Egipto en una de las campañas de Napoleón, el otro quedó en Luxor.







Arco de Triunfo en Las Tullerías 
No me gustó para nada el parque de diversiones con su rueda gigante, a un costado del Jardín de las Tullerías, pero bueno eso va en el gusto de cada uno. Después tomamos por la Rue Royale, allí se encuentra el famoso Maxim’s, cruzamos la rue Saint Honore, es la calle de las grandes marcas, y seguimos hasta la plaza de la Madelaine. Alli se encuentra la iglesia de la Madelaine, impresionante por fuera, pero no entramos.

Después tomamos por el boulevard, salimos por una calle lateral que desemboca en la plaza Vendome. Dos cosas para resaltar: ahí se encuentra el Hotel Ritz, pero como se encuentra en construcción, no se pudo observar nada, y lo otro es que se encuentran las más famosas joyerías de París, pero como era día domingo, y como ya hubo actos de vandalismos, los fines de semana retiran las joyas de las vidrieras, asi que sólo vimos escaparates vacíos. Igualmente la vista que rodea a la plaza es maravillosa, con edificios importantes y autos lujosos del cual se ven bajar personajes importantes.
Opera de París


De ahí fuimos caminando por la Rue de la Paix, hasta llegar a la Plaza de la Opera, a un lado se encuentra el original Café de la Paix, los argentinos saben de que hablo, y enfrente el edificio de la Opera, que estaba cerrado, asi que nos quedamos con las ganas de entrar, otra cosa que ver para cuando volvamos.

Ya era tarde, fuimos caminando a tomar el metro, pasamos por el Teatro Olimpia, famoso porque han cantado los mejores cantantes del mundo, pero que por fuera no dice mucho, es una entrada chiquita.

Volvimos al departamento, cansados, nos sentamos en el sillón y pusimos los pies en altura, para que se deshinchen, porque no era cosa de quedarse, sino comer algo y salir a tomar un campari a alguno de los bares de alrededor, después de todo estábamos en Les Marais, era domingo y la noche estaba divina, asi que ahí nomás nos fuimos al Feria Café sobre la rue de Roi de Sicile, rebasaba de gente y luego a dormir, para continuar al otro día.


3er. Día

Nos levantamos relativamente temprano porque sabía que nos esperaba un día largo. 

Galerías Lafayette

En primer lugar fuimos en metro hasta la Opera. Tampoco ese día entramos porque mi mujer quería entrar en las Galerías Lafayette y bueno quedará para otra oportunidad. No obstante nos dirigimos a las galerías, justo detrás de la Opera. Hay que decir que son cuatro edificios, asi que fuimos al principal, que es el que tiene la cúpula. Sólo de verlo, más alla de los negocios, hay que decir que es espectacular, no me acuerdo pero creo que son seis pisos, en un estilo art decó, creo que se llama.


Galerías Lafayette







En uno de los pisos están las carteras y accesorios de las principales marcas, y llama la atención para estos bolsillos flacos, ver  chinas y japonesas haciendo cola para comprar en Louis Vuitton o Prada, donde nada baja de 10.000 euros. Si se observa bien vas a notar que en todos los negocios de las galerías hay una empleada francesa y otra oriental. Esa era la Revolución China!!!




Champs Elysee y Arco de Triunfo





De ahí volvimos a la plaza de la Opera y tomamos el autobús línea 22 para ir al Arco de Triunfo. Aquí se complicó un poco porque encontrar la parada del bus fue difícil, porque nadie nos sabía indicar  y después el viaje llevó más tiempo por el tránsito, aunque la ventaja es que vas viendo las calles de París. Después de eso nos movimos con el metro porque se comunica con todo y es más rápido, al menos a nosotros nos resultó más cómodo.



El Sena y la Torre Eiffel de fondo





























Llegamos al Arco de Triunfo y verlo es emocionante, como con la Torre Eiffel, porque nosotros somos del cono sur, tan lejos, y ahí estamos, después de haber visto la foto tantas veces e imaginar como sería, ahora lo tenemos ahí nomás. Tal  vez para el europeo la sensación no sea la misma porque si bien, les gusta, siempre es como que lo tienen ahí nomás y les pertenece un poquito. No se si se entiende? Es lo que nosotros sentimos.



El Trocadero y la Torre Eiffel



Desde ahí se puede observar la Avenida Champs Elysee, que es muy larga, llena de negocios y bordeada de árboles, se puede ir caminando y llegar a las Tullerías. Nosotros queríamos llegar a la Torre Eiffel, asi que tomamos por la Avenida Klieber, caminando hasta llegar al Trocadero. Una vista espectacular de todo París, la torre adelante y el campo de Marte con la Escuela de Guerra al fondo.



El Panteón






Bajamos hasta la Torre, ya desde abajo se ve monumental, subir es otra cosa, las colas infernales, había que esperar unas dos horas, asi que hay que ir con tiempo y nosotros teníamos cuatro días y mucho para ver, asi que seguimos caminando a través del Campo de Marte, a la izquierda y tomamos la Avenida de Tourville hasta llegar a Les Invalides.





La tumba de Napoleón




Ahí enfrente el Panteon y uno aca, asi de chiquititos. Entrar y asomarse a la tumba de Napoleón, asi literalmente, que todo el mundo que entra se incline ante el Emperador. Majestuoso. Saliendo se puede ver el museo de armas, solo recorriendo las diferentes salas puede llevar tranquilamente un par de horas.




Les Invalides





Lo mejor que ver semejante edificio, llamó bastante mi atención como para preguntar en el sector de información y averiguar que funcionaba en ese lugar en la antigüedad, a lo cual la mujer, que se expresaba en español, contestó con una sonrisa: “funcionaba? Que funciona?” Aún en el día de hoy es un hospital militar, que llegó a tener 4.500 camas, y que ahora una parte es museo y del otro lado, al entrar por el Panteón se encuentra el hospital. Vaya lección para un bruto como yo!






Al salir por el lado contrario por donde entramos, nos encontramos de frente y a lo lejos con el puente Alejandro III, hermoso con sus estatuas, la visión que se tiene a ambos lados. De ahí tomamos el metro para cambiar de paisajes, y nos dirigimos a Montmartre.


Sacre Coeur


Nos bajamos en Anvers, fuimos a tomar el funicular hasta la Iglesia de Sacre Coeur. Estás ahí arriba, con el templo atrás y París abajo, es bárbaro. Justo en el borde de la escalera un grupo brasilero tocaba música y un muchacho hacía malabares con una pelota. Hasta ahí nada espectacular pero cuando subí la escalera y me doy vuelta veo a este muchacho trepado a uno de los faroles, haciendo equilibrio y con la pelota aún girando en su dedo, espectacular. Por lo que pude saber después, hablando con otros viajeros, este chico es famoso en la plaza porque se ve que hace mucho tiempo que está ahí.


Montmatre



Luego de visitar la iglesia, y aca tengo que decir que no me parece bien ver el comercio de medallitas y souvenires adentro de la misma, fuimos caminando a la vuelta hasta la Plaza de Tertre, la plaza de los pintores.

Me llevé una desilusión porque los únicos pintores eran los retratistas y yo pensaba encontrar otro tipo de pintores, incluso alrededor de la plaza había algunos ateliers y estaban cerrados. Pero, no obstante ello, está rodeado de bares, asi que elegimos uno y nos sentamos a tomar algo y observar el mundo de gente alrededor.

Montmatre




Luego nos dedicamos a dar vueltas por Montmartre, pudimos ver un negocio como museo dedicado a Dalí, ver reproducciones en todos tamaños de sus cuadros, que son una maravilla y a precios muy accesibles, asi como objetos y souvenirs, libros, etc.

Montmatre. La Maison Rose


Montmatre




Fuimos dando vuelta por sus callecitas que suben y bajan, es uno de los barrios más bonitos de París, vimos la Maison Rosé pero no pude encontrar los famosos viñedos, hasta llegar al costado de la iglesia y bajamos por una escalera arbolada hasta el Boulevard de Rochechouart, a tomar de vuelta el metro a casa, que ya era de noche.









Llegamos a  nuestro departamento y luego de descansar un poco, ya que había sido un día agotador, nos estaba esperando un buen queso camembert, y otros quesitos que habíamos comprado en el supermercado, con un racimo de tomates pequeños y un buen vino que tenía guardado para la ocasión, asi que degustamos todo eso y como no era tan tarde para ir a dormir, agarramos por rue Ville du Temple y fuimos al Feria Café, tomar un campari con naranja y observar ese mundo alrededor, ah! Les Marais.




4to. Día

A veces las cosas se planean de antemano y puedes cumplirlas y otras aunque las planees siempre hay algo con lo que no cuentas. Hasta ahora y tengo que decir que estábamos al final del viaje y, prácticamente todo había salido como estaba planificado, pero este día se presentó algo que no estaba previsto y que se decidió a último momento. Ir al Palacio Versailles.

Rue de la Huchette
En realidad queríamos ir el día lunes pero estaba cerrado, lo que no nos dijeron  es que ese día está cerrado el palacio pero se puede entrar a los jardines, lo digo por si a alguien le ocurre lo mismo y es una manera de hacer el paseo con menos gente. 

La cuestión que tomamos el tren y alla fuimos. Ya desde ahí el tren es toda una apología de Versailles, los que fueron sabrán de que hablo y los que piensen ir verán por qué lo digo. Cuando llegamos fuimos caminando hasta el palacio y les puedo decir que desde la avenida, estarás a dos cuadras, se veía un hormiguero de gente, había dos inmensas colas, una para entrar al palacio y otra para entrar a los jardines, todo esto al mediodía y con más de 30 grados. Nos acercamos a preguntar por alguna visita guiada, que a pesar de ser cara, unos 32 euros por persona, no teníamos que hacer cola, era por la tarde, después de las 15 hs., asi que perdíamos toda la tarde, por lo tanto, sacamos un par de fotos al palacio de afuera y nos volvimos a París, siempre hay que dejar algo para volver otra vez.

París. Rue de la Huchette




Ya se nos había ido la mañana viajando en tren, asi que llegamos a Saint Michel-Notre Dame, nos comimos un sándwich de sarma en la rue de la Huchette y seguimos paseando por París. 








La Sorbone



Tomamos Boulevard Saint Michel hasta la rue des Ecoles y nos adentramos en La Sorbone, toda la zona estudiantil, el Panteon de los personajes famosos de Francia, allí se puede ver las tumbas de Voltaire, Rousseau, los esposos Curie, Jean Jaures y muchos más, uno se ve rodeado de todos esas personas que leyó en los libros y están allí, aunque estén muertos y sus obras sobrevivan, alguna vez existieron, fueron reales y ahora, tantos años después los estoy viendo. Fue una sensación muy impactante.
Iglesia de Saint Genevieve








Atrás del Panteón se encuentra la iglesia Saint Ettiene du Mont o de Sainte Genevieve, patrona de París, sencillamente hermosa, y creo que la más antigua.


La Sorbone. El Panteón.













Después tomamos rue Soufflot y fuimos a los Jardines de Luxemburgo, son muy grandes pero pudimos ver el edificio del Senado y la gran fuente donde los chicos se divierten echando a andar los botes a vela de juguete, mientras los grandes observan, descansan o simplemente leen un libro bajo los árboles.





Jardines de Luxemburgo. Senado





Salimos y la opción era o tomar por el Boulevard Saint Germain o volver al departamento, porque se hacía tarde y teníamos un compromiso a la noche, asi que nos encaminamos hacia el metro, estación Odeon y volvimos.

Ese día era mi cumpleaños y habíamos quedado en encontrarnos a cenar con un amigo que vive en París y hacía casi 30 años que no lo veíamos y de paso, era una manera de festejar el cumpleaños.

Nos teníamos que encontrar en la Place de la Contrescarpe, en el 5to. Distrito, asi que fuimos caminando, cruzamos la Isla Saint Louis y seguimos por la rue du Cardinal Lemoine, son unos veinte minutos caminando hasta llegar a la plaza. Chiquita rodeada de cafes y restaurants, con un ambiente muy movido, muy parisino. Muy parecido a lo que sería el Trastevere en Roma, con calles que tienen restaurants y las mesas en la vereda, asi que cenamos en uno de ellos y nos pusimos al día con la conversación, contándonos muchas cosillas del ambiente parisino.

Luego fuimos caminando por la rue Mouffetard, hacia la plaza, y nos detuvimos a tomar un helado, de un lado está Amorino, es una cadena de heladerías muy conocida de París y de la vereda de enfrente hay una pequeña heladería, nada especial, pero para aquellos que lo extrañan, el dueño es argentino, asi que entre sus gustos se encuentra el dulce de leche, muy bueno, al gusto nuestro.

Ahora si, volvimos y a dormir, el siguiente era el último día y todavía nos quedaba algo por ver antes de irnos y además, como dije al principio de la crónica, voy a dejar otras apreciaciones.


5to. Día

Bueno, llegamos a nuestro último día en París y al último de las vacaciones porque ya volvíamos a Buenos Aires, pero como nuestro avión salía a la noche, había que hacer rápido las valijas y salir a caminar para aprovechar las últimas horas.

Saint Germain. Cafe de Flore


Asi que fuimos hasta el Boulevard Saint Michel, tomamos a la derecha por Boulevard Saint Germain y caminamos por esta avenida hasta llegar hasta la iglesia Saint Germain. Por dentro no me impactó tanto como otras y además a esta altura ya casi me había convertido en un experto en iglesias. Mi esposa ya no quería entrar a ninguna más, pero todavía quedaba una más, como ya voy a relatar más adelante.
Enfrente está el café Daux Magots y en la otra cuadra el café Flore, famosos por aparecer en tantas películas, pero tantas veces me había imaginado estar sentado allí, que lo vi muy chico y no nos dieron ganas ni de tomar un café. Toda la zona es muy parecida a nuestra Recoleta, y el café Flore o Daux Magots me hizo acordar a la Biela, nada más que esta es más grande.
Palacio de Justicia

Después volvimos en metro, ya que el trayecto es largo, y bajamos en Saint Michel, comimos algo en los muchos restaurants, de la zona, por diez a quince euros puedes comer un menú completo de entrada, plato principal y postre, tomando agua de la canilla (se pronuncia caraf do) que además de ser gratuita, está super controlada ya que está analizada permanentemente en todo París, y luego fuimos al Palacio de Justicia y entramos a la Chapelle que está dentro del palacio, que sigue sin gustarme el hecho que te cobren para entrar a una iglesia, y  ya para ir despidiéndonos de esta bella ciudad, y soñar con volver algún día, cruzamos el río Sena, caminando despacio tomamos por rue Saint Martin, atrás del Centro Pompidour, entramos a una iglesia antiquísima, de Saint Merry, y también para aprovechar algunas ofertas en ropa que hay por allí, y volvimos a buscar las valijas que era la hora de partir.

Paris. Río Sena y vista del Palacio de Justicia





























Como dije antes, que puedo decir de esta ciudad, vamos a hablar de París y su gente. París es bellísima, no es tan antigua pero sus construcciones son hermosas, para los argentinos es como ver el barrio norte de Buenos Aires pero en toda la ciudad, hay lugares que son muy parecidos. Una ciudad ordenada, limpia, con gente educada y elegante, cada vez que pasas al lado de alguien, sin ni siquiera tocarla, solo cerca, escuchas permanentemente “pardon”.

Me llevé una sorpresa muy positiva, a pesar de lo que dice todo el mundo, los franceses son amables, ni hablar de la gente común, que si preguntas tratan de ayudarte y hacerse entender, nos ha pasado muchas veces al preguntar por una calle, dirección, etc., sino también con los mozos que si no hablas francés enseguida te responden en inglés, hasta en español. No todos por supuesto, pero los entiendo, pobre gente, respondiendo a 70 millones de turistas al año que preguntan lo mismo.

Les Marais. Rue de Rosses
Por ejemplo cuento lo que me sucedió con el taxi al volver. El día anterior a irnos, íbamos caminando y adelante nuestro frena un taxi para bajar pasajeros, entonces le preguntamos al chofer si era posible venir a buscarnos al departamento al día siguiente a las 17 hs porque teníamos que estar en el aeropuerto a las 18 hs. Y cuanto saldría el viaje, nos dijo unos 40 euros. Al otro día esperábamos y no venía, entonces lo llamamos por teléfono, y nos dijo que estaba un poco atrasado, la cuestión que llegó a las 17:30 hs. El hombre después de disculparse, anduvo rapidísimo rumbo al aeropuerto, y llegó justo a las 18 hs. Y nos cobró 26 euros, que era lo que marcaba el reloj, cuando podría haber cobrado el precio pactado. Generalmente con los taxis en muchos lugares, no solo Buenos Aires, se sobrepasan.

Les Marais. Rue de Rosses
La forma de vida que tienen los franceses y en especial diría, los parisinos. En una tarde de sol la aprovechan para estar leyendo en una plaza o hacer un picnic al lado del río, todo en medio de una tranquilidad increíble, sin molestar a nadie. Sobretodo el respeto que hay hacia los demás. Los departamentos por lo general dan a un patio exterior común que tienes que atravesar, ahí se habla en voz baja para no molestar a los vecinos.

No se discrimina a nadie, ni por color, nacionalidad o lo que sea, está penado por ley, y eso que tienen problemas de inmigración, de gente durmiendo en las calles, que a veces cometen arrebatos, sobretodo en lugares turísticos.

La gente utiliza mucho bicicletas o motos, que son públicas, con un abono mensual. También hay unos autitos eléctricos que sirven para desplazarse. Se cuidan mucho con lo que comen, por lo general son delgados, y ellas andan por lo general con vestidos y blusas muy sueltas, casi está descartado el jean. Por supuesto que en cuestión de restaurants y boullangeries hay todo lo que puedan imaginarse, es una fiesta para los ojos y los estómagos, asi que hay que cuidarse un poco si no quieren volver con unos kilos demás.

Como siempre digo en París como en todas las ciudades europeas que conozco, caminas y ves el cielo, las calles son amplias y las construcciones aquí no pueden tener más de seis pisos, excepto la torre Montparnasse, pero está lejos.


París. Notre Dame. Ilhe de la Cite


Me quedan muchas más cosas para ver y lugares escondidos que hay que descubrir, pero siempre se puede volver. El recorrido del Viajero Incurable fue de cuatro días y un poquito más, era la primera vez, y quise exponer desde mi perspectiva los lugares más frecuentemente visitados por los viajeros.

Espero que les haya gustado y les sirva a aquellos que quieran visitar París, si es asi, espero dejen sus comentarios más abajo y estoy a disposición si quieren preguntar algo.

Hasta siempre
El Viajero Incurable








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