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domingo, 15 de mayo de 2016

UNOS DIAS EN LA COSTA AMALFITANA

Primera Parte

Esta crónica es para contar mi estadía de cinco días en junio de 2013 en la Costa Amalfitana. Muchas cosas seguramente quedaron por ver y hacer, pues era la primera vez que estábamos en ese lugar y debo decir que nos encantó.


Salerno: vista desde el puerto. Saliendo hacia Positano.




Veníamos de Roma en tren a Nápoles, por razones personales tuvimos que hacer  noche en Nola, a unos 30 kms.  A la mañana siguiente tomamos el tren a Salerno, desde Nola porque es más directo, pero si estás en Nápoles tal vez convenga tomar el tren hacia Sorrento que es más cerca. Para ubicarse, la costa prácticamente va de Sorrento hasta Salerno en el otro extremo.





Positano. Vista desde el mar.

Llegamos a Salerno y de ahí tomamos un ferry hasta Positano, que era donde quedaba nuestro hotel, recorriendo toda la costa amalfitana, vista desde el mar que es espectacular, y más rápido que por la ruta.
El problema fue al llegar, pues con valijas no es recomendable, primero nos dijeron que hay unos motos-taxis que te llevan hasta el hotel, pero este mismo chofer  nos aconsejó que tomáramos un bus interno que nos iba a dejar alli y salía mucho más barato. Pero para ir a tomar el bus tienes que caminar unos quinientos metros desde la playa, en subida y con calor y valijas no es muy recomendable.

Positano. Vista desde la habitación del hotel.


Después lo que sucedió fue para una película de Fellini. De acuerdo a las indicaciones bajamos en la parada donde supuestamente se encontraba la posada ByB Positano, la cuestión fue que el número de la calle no lo vimos y para un lado la numeración bajaba y luego de unos metros volvía a ascender, cuando preguntábamos a alguien sea turista o no,  nos mandaba para abajo (porque era en cuesta arriba o cuesta abajo) y otro nos mandaba para arriba, esto recorriendo 900 mts. Con 30 grados y arrastrando valijas, hasta encontrar una señora en un garaje privado, a la que le mostramos el voucher y ella llamó por teléfono y ahí nos dijo que el hotel era Villa Palumbo, por eso nadie la conocía por el nombre nuevo, asi que muy amablemente nos acompañó hasta llegar al lugar, y por qué no veíamos el número?  Pues estaba tapado por un árbol justo en la entrada.



En Positano no podía faltar un splitz (apperol con naranja).



Eso fue, creo, lo único que no nos gustó, porque estábamos recansados, pero después, afortunadamente, la habitación que nos tocó tenía un balcón, con una mesa y sillas donde servían el desayuno, y una vista espectacular de día y de noche de Positano.







Positano: espectacular!!!


El hotel está ubicado como la mayoría de ellos en la altura, pues Positano está construído en forma vertical sobre la ladera de la montaña, entonces para bajar o vas por el camino de asfalto donde pasan los vehículos o bajas por escaleras señalizadas a tal efecto. Después tienes un bus interno que pega la vuelta al pueblo, que nosotros usábamos para volver de la playa o desde el centro, que está junto a la playa. Salvo que te pase como nosotros que nos equivocamos al tomarlo y no leímos el cartel, asi que fuimos a parar a Montepertuso que está más arriba, pero lo conocimos, tiene una vista maravillosa y esperamos el bus de vuelta al hotel y todo bien, al fin y al cabo uno está de vacaciones y de eso se trata, de conocer, no?

Montepertuso


Playa Grande. Vista espectacular, mar exquisito, arena muyyy caliente!
El primer día fuimos a Playa Grande, son dos, esta es la más popular y concurrida, y la otra es la del Fornillo, que es más chica, del otro lado, no están comunicadas. Hay espacio público para tomar sol e ir al mar, y luego espacios privados, más grandes por supuesto, con reposeras y sombrillas, que convienen alquilar, unos 20 euros por día, porque les aseguro que la arena es muuuyyyy caliente. El mar es maravilloso, calmo y transparente. La vista desde allí es una de las más espectaculares de la costa amalfitana, pues está rodeado de montañas y todas las construcciones están como colgadas, no podés dejar de mirar para deleitarte. Luego de cambiarnos en el hotel fuimos al centro a tomar algo y ver algunas vidrieras. Se estarán preguntando, pero otra vez a bajar unos quinientos escalones? Pues es asi, el centro está abajo, pero todo el mundo lo hace, te vas acostumbrando, o tomas el bus.

Plaza de Amalfi

A la mañana fuimos a la parada del  bus Costiera o Sita, ellos le llaman Pullman, que recorre la costa amalfitana, y fuimos hacia la ciudad de Amalfi. Vas recorriendo la costa, de un lado la montaña y del otro el precipicio, eso si con una vista espectacular del mar.



En este punto debo decir algo. En Argentina casi siempre mis vacaciones son en auto, a veces depende de los días y la distancia a recorrer. En el extranjero alquilé muchas veces auto, incluso en este viaje. Pero para recorrer la Costa Amalfitana, tenía mis dudas porque no conocía y sabía que el asunto del estacionamiento iba a ser un problema y el hotel no tenía garaje. Menos mal que decidí no hacerlo. Después de este viaje a Amalfi lo van a entender y no se lo aconsejo a nadie, ya que no lo disfrutarán.


Catedral de Amalfi
La ruta es sumamente angosta y sinuosa, a tal extremo que cuando pasa un bus debe parar para dejar pasar al que viene y esto casi rozándose, de tal manera que la mayoría de los vehículos está rayado del lado derecho, que es donde está la montaña. Sumamente estresante, al menos para mi, que se supone que uno viene a descansar en las vacaciones.
Amalfi es hermoso, tiene una catedral maravillosa con tesoros que vale la pena ver, con toda la influencia morisca, eso si, a adivinar, si, hay que subir unos cien escalones para llegar, pero desde allí tienes una vista buenísima de la playa y el mar.
Vista de Amalfi desde la plaza central






Luego con el mismo boleto que sacamos en Positano, tomamos un bus turístico que nos llevó a recorrer y llegamos a Minori y Maiori, que son los pueblos siguientes. Son dos lugares que atraen mucho porque tienen las mejores playas para mi gusto.

Ravello. Iglesia, plaza principal


De allí volvimos a Amalfi y tomamos otro bus que nos llevó a Ravello, una pequeña ciudad a unos 15 o 20 minutos situada más arriba, en la montaña. Es hermosa y no se puede dejar de ver. Apenas bajamos del bus nos inundó el olor a la flor del tilo. Una plaza, un balcón a la montaña y una iglesia, que justo en ese momento había un casamiento. Es llamada la ciudad de la música porque allí se lleva a cabo el festival internacional de la música.





Ravello, algo diferente, mucha paz.




De allí volvimos a Amalfi, no irse sin recorrer aquí los negocios y escaparates llenos de cerámicas pintadas, se pueden comprar souvenirs o cuadritos de todos los tamaños, que están a buen precio.
Positano. Una buena manera de terminar el día agotador!
Segunda Parte

Continuamos con el relato por Sorrento y Capri.


Al otro día tomamos el Costiera hacia Sorrento, un viaje de aproximadamente una hora. Un camino sinuoso, muy verde, hasta llegar a un monte desde donde se divisa la ciudad de Sorrento, el golfo de Nápoles y el mar a ambos lados.
20 minutos y llegamos a Capri!!!

Sorrento es una ciudad muy movida, con mucho tránsito. Fuimos hacia el puerto a tomar el ferry hacia Capri. Veinte minutos y enfrente se levanta un acantilado que es Capri. Cuando llegás al puerto de Marina Grande tienes que tomar un funicular para llegar a la ciudad de Capri.
Al fin llegamos, recorrer la callecita céntrica donde se alojan las casas de las principales marcas de ropa, souvenirs, pequeños restaurants. Seguimos caminando para ver las famosas villas que dan al mar, que en realidad, lo que se ve el frente de la casa porque después la construcción sigue hacia abajo sobre la montaña.

Marina Piccola



Asi llegamos a la Marina Piccola, un lugar con restaurants donde se puede comer unos buenos pescados. Hay allí una pequeña playa y el puerto desde donde se parte, si se quiere visitar la Gruta Azzurra. Nosotros nos tuvimos que conformar con mirarla de lejos, ya que no nos daba el tiempo para hacer la visita.

Capri. Vista desde la Marina Piccola







Volvimos a Capri y tomamos un bus que nos llevó a Anacapri, que está más arriba. El viaje fue hermoso y alucinante, tiene unas vistas maravillosas de todo el golfo de Nápoles, pero el chofer maneja muy rápido, nosotros íbamos parados, y cuando agarraba las curvas solo estábamos separados del precipicio por una pequeña baranda, asi que la sensación es que salíamos despedidos hacia el mar, pero valía la pena.





Anacapri. Entrada a la Villa de San Michele



Anacapri es más chico y más tranquilo que Capri. Está la iglesia del pueblo, no me acuerdo del nombre, pero tiene unos cuadros con imágenes hermosas y sobre el piso, que no se puede pisar, hay un fresco con imágenes del paraíso. Por una pequeña escalera se puede subir para verlo desde arriba.
También en el pueblo se encuentra la Villa de San Michele, antigua villa donde vivió el Dr. Axel Munthe, que se dedicó a la cría y protección de los animales. Munthe escribió la Historia de Saint Michelle, un libro que había leído hacía mucho tiempo y luego se me perdió, asi que aproveché a comprar una edición allí mismo. La villa había pertenecido al Emperador Tiberio quien vivió allí algunos años y luego se mudó a otra más arriba, donde murió. Aún se conservan algunas columnas de la época, que fueron tiradas al mar o enterradas y el Dr. Munthe fue rescatando durante la construcción de la villa.
Anacapri: vista desde la Villa de San Michele


Ya se hacía tarde porque partía el último ferry a Sorrento, asi que volvimos a Capri y compramos los últimos souvenirs antes de irnos.

Un consejo: hay que tomar el ferry muy temprano porque el último parte a las 17:30 hs., y asi no da mucho tiempo si se quiere visitar la Gruta Azzurra o tomarse un tiempo para recorrer.  También se puede tomar el ferry desde Positano directo a Capri, tarda un poco más pero se ahorra el tiempo de viaje hasta Sorrento.

Sorrento. Vista de la Bahía de Nápoles



En Sorrento recorrimos la parte céntrica, para llegar hay que tomar un ascensor porque el puerto se encuentra a unos 200 mts. abajo. El centro no lo encontré especialmente interesante, por lo menos a nosotros nos pareció un poco parecido a lo ya visto, nada especial. Tomamos un café y volvimos a Positano.






Pompeya




Al otro día dejamos Positano y partimos hacia Pompeya, para eso tomamos el bus nuevamente a Sorrento y de allí la Circunvenesiana, que es el tren que va hasta Nápoles, y unas estaciones antes se encuentra Pompeya, y la entrada a las ruinas está a unos cien metros de la estación. Hay que ir con sombrero y protector solar porque es mucho para recorrer y en verano el sol calienta en forma. Esto es bueno para ver pero no creo que pueda llevar más de dos horas.



Nápoles. Galería 

Después llegamos a la ciudad de Nápoles, que bueno, hay mucho para ver porque es muy grande, muy diferente a las demás ciudades de la costa amalfitana. Tuvimos que hacer un recorrido muy rápido porque era la tarde y nuestro último día en la Costa. La galería techada, el Duomo, el Castelo, muchas iglesias, porque estas sobran, debe haber una por cada santo y no mucho más, pero ya con eso no te alcanza el tiempo.
Sorrento. Ana tomando un café y escribiendo parte de este viaje.
Lo más que puedo decir que para nosotros los argentinos, ya veo de donde descendemos, viendo a los napolitanos, cuando hablan con los gestos, a los gritos, la forma de manejar, que es de cuidado, la verdad que nos parecemos.



De toda la costa amalfitana debo decir que lo que más nos gustó fue Positano, por el lugar donde está emplazado, la playa para descansar, el mar calmo, las casitas colgadas de la montaña, aunque toda la Costa es para no perdérsela.


Tomates con olor a tomates.
A la noche comprábamos unos quesos, fiambre, pan y una botella de vino, y comíamos en el balconcito de la habitación, bajo las estrellas y mirando la montaña y hacia abajo el mar, además de gastar poco, era un sueño. Luego, para no bajar hasta el centro, que eran muchos escalones, íbamos a tomar un splitz a unos 200 mts. del hotel, al Bar Internacional, donde está la parada de los buses, adentro hay unas mesas, donde se concentran, además de algunos turistas como nosotros, los parroquianos del lugar, como María, que todas las noches se sentaba al lado nuestro con su laptop y saludaba a todos los lugareños. Una noche nos pusimos a hablar y resultó ser argentina, que vivía más de 30 años en Italia y tenía un puestito de collares y pulseras en el centro. Ahí ya se acercaron algunos de los parroquianos que se pusieron a charlar, y pasamos un momento agradable hablando de la vida en Positano.

Fue muy lindo nuestro viaje a la Costa Amalfitana, y espero que el Viajero Incurable algún día vuelva a recorrer aquellos lugares que no hemos conocido y esos otros a lo que uno quiere volver siempre. Y que esta crónica les haya servido a los que quieren viajar y estamos para responder cualquier pregunta haciendo click más abajo.

El Viajero Incurable

Positano. Entrada a ByB Positano



3 comentarios:

Aitor y Elena dijo...

Totalmente de acuerdo con que lo mejor es Positano!! Tuvisteis un viaje de ensueño como nosotros!

elizabeth Di Maio dijo...

Te felicito alberto !!! Esto q escribiste se convirtió en un practico manual de turismo ...muchos detalles para el que viaja x primera vez ...EXCELENTE !!!

VIAJEROINCURABLE dijo...

Gracias Eli, la intención no es publicar un manual pero si que les sirva a los que quieren conocer el lugar. Y para mi, refrescarlo en mi memoria.